Prácticas y alimentación: elemento agua

 

Los meses de invierno son ideales para cuidar nuestra energía Yin y el elemento agua.  Te proponemos aprovechar este momento para llevar tu atención a  tus meridianos de riñón y vejiga, a la circulación de los líquidos de tu cierpo y la regulación de tu sistema nervioso.

Te invitamos a poner tu intención en mejorar el funcionamiento general de tu cuerpo y tu mente,  el descanso, el nivel de vitalidad y, por tanto, la sensación de bienestar físico y mental.

Nuestra propuesta incluye  una serie de prácticas sencillas para mejorar tus hábitos de vida y cuidar tu alimentación.

Descanso, nutrición y regeneración.

La energía Yin se caracteriza por la quietud y por procesos internos. Se refieren a estados en los que en lo externo encontramos reposo e inacción, pero en lo interno se dan sutiles y complejos procesos de renovación.

Es durante el descanso que se producen los procesos de generación y regeneración internos. Los niños crecen durante el sueño. Los adultos hasta que no paramos, mente y cuerpo, no realizamos los procesos tan necesarios de reparación y detoxificación de nuestro cuerpo.

En la quietud del invierno debemos nutrir nuestros cuerpos y mentes, repararnos y prepararnos para el nuevo ciclo. La intención es nutrir la esencia, (el Jing). Es una cuestión de la calidad, no de cantidad.  Es tiempo pues para la moderación, todo abuso que cometamos aflorará en primavera con la explosión de Yang de la estación, y los excesos pasarán factura.

Si tienes más sueño de lo normal, no te preocupes: tu cuerpo está adaptándose a la estación. Es el momento de dormir y comenzar a soñar, inspirarnos y visualizar. Está germinando todo lo que florecerá con la expansión de la primavera.

¿Qué podemos hacer para mejorar el  elemento Agua?

Al igual que la naturaleza, las personas debemos limitar conscientemente las actividades, tanto físicas como mentales y reponer fuerzas. Nos preparamos para abrir un nuevo ciclo. En lugar de invertir la energía en el exterior, hay que acumularla en el interior. En estos meses hay que cuidar especialmente la nutrición, el descanso y mantenernos calientes. Aprovechamos para nutrir tanto nuestro cuerpo como nuestras emociones.

Recogimiento, descanso; Prácticas para cuerpo y mente.

  • Reduce conscientemente la intensidad de las actividades físicas y mentales que realizas, busca actividades más tranquilas.
  • Evita los sobreesfuerzos.
  • Dedica algún tiempo para conectar con “la memoria”, comparte tiempo con tus mayores, dedica momentos y conversaciones a recordar, ver fotos, descubrir tu historia y la de los tuyos.
  • Busca momentos y espacios para estar sólo, meditar o reflexionar.
  • Toma consciencia de tus verdaderas necesidades y de tus miedos, exprésalos.
  • Delega, para, diferencia entre lo que es importante y lo que no lo es.
  • Haz ejercicios de respiración abdominal, moviliza tu Dan Tien (abdomen bajo).
  • Haz estiramientos y movilizaciones de la espalda y la parte posterior de las piernas.
  • Protégete del frío, sobre todo en pies y región sacro-lumbar
  • Duerme más en esta época evita especialmente ahora la falta de sueño.

Hábitos y alimentos que evocan la energía del agua:

  • Alimentos que son semillas y aquellos que contienen la esencia, el potencial vital.

Granos, legumbres y frutos secos de otoño. Son especialmente recomendables huevos, nueces, mijo, sésamo negro, lentejas, alubias negras y rojas y soja negra.

  • Alimentos que son raíces

La zanahoria, los nabos, la remolacha, el hinojo.

  • Alimentos de colores oscuros: bayas negras

Ciruelas, dátiles, higos.

  • Alimentos del mar, que nos aportaran sales minerales y oligoelementos:

Algas, pescado azul, todos los que tienen tinta, mejillones.

  • Aumento del consumo de líquidos, sobre todo calientes.

Lo más recomendable son los guisos con mucho caldito y sopas. Tomar infusiones o beber agua caliente.

  • El sabor salado se relaciona con el elemento agua.

Más que añadirla lo ideal es   tomar la sal en alimentos que la contengan de modo natural y siempre con moderación. El exceso de sal daña el agua.

  • Evitar las bebidas y los alimentos fríos, refrigerados o congelados.