Inteligencia emocional; necesidades y sentimientos

Tendemos a pensar que nuestros sentimientos del día a día están determinados por las personas que nos rodean y por las situaciones que vivimos. Parece que estamos determinados por factores que se escapan a nuestro control. Pero, ¿y si cambiamos el foco? ¿Qué pasa si mis sentimientos en realidad responden a mis necesidades y a mis pensamientos? Puedo recuperar la dirección de mi sistema emocional si entiendo que las situaciones y personas no son más que el estímulo que me hace reaccionar.  Reaccionar es bueno, me permite saber qué siento y qué necesito.

La psicología integrativa analiza y pone en relación los sistemas afectivo y cognitivo. Aprendemos a escucharnos y a distinguir entre lo que sentimos (nuestras emociones, sentimientos y necesidades) y lo que pensamos (nuestro dialogo mental).

Un modelo integrativo: Pensamiento-sentimientos-necesidades.

  • Pensamientos: Suele estar a un nivel más consciente y puede cambiar más fácilmente.

 El pensamiento influye en nuestros sentimientos.

Los sentimientos influyen en nuestro pensamiento y en nuestras necesidades.

  • Las necesidades: Muy a menudo las encontramos a un nivel inconsciente, aunque no siempre.

Las necesidades influyen en nuestros sentimientos y emociones.

¿Cuál es la diferencia entre sentimientos y emociones?

Las emociones son cómo los colores. Hay unos básicos: azul, amarillo, rojo, blanco y negro. Podemos encontrarlos en su estado puro, o podemos encontrar mezclas entre ellos que dan lugar a otros “colores” (verde, naranja, turquesa, violeta, malva, calabaza…).

En el trabajo en consulta trabajo con 6 emociones básicas: Miedo, tristeza, rabia, alegría, sorpresa y ternura. Los sentimientos son la mezcla de una o más  emociones básicas  con estados (tensión, sensibilidad, bloqueo, entre otros) y con interpretaciones (pensamientos). Estas interpretaciónes  se derivan del aprendizaje a lo largo de nuestra experiencia vital.

A veces es difícil detectar nuestros sentimientos y diferenciarlos de nuestros pensamientos. Para mejorar nuestro ámbito emocional necesitamos aprender a distinguir entre lo que sentimos y lo que creemos que somos, lo que sentimos y lo que pensamos de los comportamientos de los demás hacia nosotros.

Os dejo una pista: Cuando el verbo siento va seguido de “que…”, “como…”, “como si…” normalmente va a indicar un pensamiento más que un auténtico sentimiento.

¿Qué son las necesidades en psicología?

Es más fácil entenderlo si lo hacemos desde la fisiología. Pongamos el ejemplo del calcio. ¿Podemos sobrevivir sin el aporte mínimo necesario de calcio? Quizás si. Pero un aporte insuficiente de calcio en el desarrollo embrionario puede llevar a problemas tan graves como la malformación del niño,  ocasionar su muerte o una severa discapacidad. La carencia de calcio en fases posteriores puede conllevar problemas de crecimiento o debilidad ósea en diferentes grados durante la edad adulta.

Una necesidad es aquello que necesitamos para funcionar eficazmente y que contribuye de modo esencial para el proceso vital. Su satisfacción es indispensable para un desarrollo normal y saludable. Tienen un gran valor para la supervivencia y la realización personal.

La satisfacción de las necesidades es el alimento del sistema psico-emocional. Esta “nutrición” refuerza el “sistema inmunitario” de la consciencia. Proporciona fuerza, resistencia y capacidad para la regeneración ante situaciones de esfuerzo, conflicto, sufrimiento o necesidad de cambio.

¿Qué tipo de necesidades identificamos en psicología?

La Teoría de Maslow  fue la primera en intentar definir y clasificar las necesidades. Existen necesidades básicas relacionadas con la supervivencia y la salud: como el descanso y el alimento,  entre otros. Otras necesidades tienen que ver con la vinculación con otros: el amor, la pertenencia, la aceptación. Las necesidades personales tienen que ver con la autoestima y cómo nos relacionamos con nosotros mismos. Y finalmente existen necesidades que nos conectan con la expresión de  valores intelectuales, morales y espirituales.

 

Hacerte consciente de tus necesidades, aceptarlas y cuidarlas,  detectar las situaciones que las amenazan, buscar estrategias para afrontar esas situaciones, son algunas de las cosas que entrenamos en el área de psicología de el árbol.

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